Los clubes de conversación, en todo el mundo, se centran principalmente en un objetivo multifocal: conversar sobre un tema, pasarla bien y reforzar contenidos sobre el tema en cuestión.
Es decir que, aunque el objetivo siempre tiene un destino final, existen muchos focos desde donde se puede abordar para mayor disfrute de los participantes. Las actividades lúdicas son uno de los principales, y permiten tanto reforzar conocimientos como hacer amenas las actividades.
Entonces, ¿por qué involucrar actividades lúdicas como parte de la dinámica de un club de conversación? Hay muchas razones, pero la mayoría están relacionadas con el punto de vista pedagógico.
Planificar, como si fueras profesor
No todos los moderadores de clubes de conversación son profesores profesionales. Sin embargo, muchos de ellos desarrollan técnicas pedagógicas para tener más destreza en la moderación de los propios clubes.
Es por eso que con las actividades lúdicas es posible tener un acercamiento a la experiencia de ser profesor profesional, a través de la cual se podrá tratar de impartir contenido y fomentar el interés de los estudiantes.
Cuestión de atracción y atención
Si los participantes del club de conversación están en él, es porque están interesados en participar. Sin embargo, mantener la atención todo el rato puede ser complicado. Es por eso que desarrollar juegos o actividades lúdicas puede permitir que incluso los participantes más reticentes puedan dar sus opiniones y sentirse incluidos.
Si eres moderador de un club de conversación, uno de los objetivos será mantener a tus participantes en el curso. Es por eso que estas actividades lúdicas son las que te permitirán que los participantes estén siempre en la dinámica, y permitiendo que desarrollen identidad, fidelidad y estabilidad en el club de conversación.
Si se hace un buen trabajo al respecto, es posible mantener a un grupo de estudiantes consolidado que esté interesado siempre en conversar, participar, y también jugar.